Friday, January 28, 2005

Tienes un tremendo culo. Y yo mucho interés

Plazo fijo con letra pequeña al pie del panfleto publicitario. Tasa anual equivalente, timbres, gastos generales autorizados, uno más i elevado a la n, donde n es el número de años que queremos actualizar. Con signo negativo. Reintegro. Abono. Transferencia. Amor. Warrants. Unit linked. Pull. Push. Bull. Kondratief. Ciclos económicos, crisis, bonanzas, la casa de la pradera en deuvedé. Tasa de intercambio, ratio de liquidez, fondo de rotación, cash flow positivo. Destinación de fondos, empleo de recursos. Beneficio de explotación, margen de beneficio. La cuenta quinientos treinta. El plan general contable, desde el grupo uno, hasta el grupo siete. Poesías de Gil de Biedma. Administración, marketing, merchandaising, mercadeo. El segundo pronombre personal, tantas veces repetido. La moneda, el cambio, las comisiones, por todo motivo, en todo lugar. Operaciones de activo, cuentas corrientes, cuentas de crédito, líneas de descuento, hipotecas, préstamos personales para comprar sueños. Los nuestros, el egoísmo, las discusiones, el sexo que se ausenta sin motivo. O con muchas razones. Las cincuenta empresas más importantes del sector metalúrgico. Bases de datos, acciones comerciales. CRM. ARP. La Q de Tobin. El valor actual neto. La tasa interna de recuperación. El beneficio antes de intereses e impuestos. El activo circulante, el pasivo. El tipo pasivo que no soy. La mujer lenta de reflejos y decisiones en que te conviertes. La cuota mensual, el método francés, el método hamburgués para calcular el neto de un préstamo.

Algunas palabras me las ahorraría. Otras definitivamente prefiero invertirlas en nosotros.

Thursday, January 27, 2005

A Chavela le gusta el vino que no veas

Buffles. Jazz. Acid house. Latin soul. Blues. Flamenco. Micrófono. Pruebas de sonido. Altavoces. Guitarra, bajo, orquesta, triángulo, timbales, teclado. Funky. Neopunk. New romantics. David Bisbal, David Civera, David de María, María del Monte, Montserrat Caballé. Ballenato. Salsa, swing, fusión. Tú riendo sin gestos aparentes, nublando el espacio por completo. Serrat, Llach, Raimon. Pop. Powerpop. Indiepop. Superpop. Elepé. Maxisingle. Lista de ventas. Maquetas. Grupos nacionales. Percusión. Grunge. Underground. Sonido Seattle. Sonido Chicago. Sonido La Habana. Palos. Pearl Jam. Los Beatles. Los Rolling. La AFIVE. La SGAE. Los piratas. El topmanta. Las soleares. La Niña de la Puebla. Tomatito, Falete, Paco de Lucia. Tú frente a un café cogiendome los dedos, riendo aún. Más micrófonos. Más pruebas de sonido. Más fiestas sábado por la noche en bares oscuros con DJ con dedos precisos, benditos para masturbaciones femeninas. Mods. Rockers. Rockabillies. Góticos. Heavy Metal. Phil Collins, Elton John. Blur. Oasis. Xoel López. Rage contra la máquina. La Pantoja. Ainhoa Arteta. Música de cámara. La quinta de Schubert. Metallica. Acedecé. Parchís, cumpleaños feliz, cumpleaños feliz te dedican tus amigos de. Los del río, la Macarena. Placebo, Celine Dion, Madonna, U2. Rock'n'roll. Electropunk. Scratchers. Los cuarenta. Ambigú. Ramón Trecet. Boulevar. Por el boulevard de los sueños rotos...

Va tu risa. Y cuando ríes, tu voz es música para mis oídos.

Monday, January 24, 2005

Arde en mi fuego, corassón

El diablo anda de capa caída en estas fechas. Y eso que ya lo dice Rouco, ahora se peca más que antes. Pero pecados de esos de tres al cuarto, nimiedades. La gente pasa olímpicamente de entregar su alma, pa'que. Ahora puedes comprar todo a crédito. Incluso a esa puta con botas negras y falda ínfima y top escuálido con los labios brillantes y las piernas cruzadas la derecha sobre la izquierda esperando en la acera que gente con coche, como tú, le abra la puerta invitándole al polvo del siglo.
El diablo con su traje gris marengo, su gorro ajado por el tiempo, el paraguas impertérrito para los días de lluvia, aquí, en Barcelona, que sólo llueve de guindas a brevas. El diablo con su oficina en la calle Balmes, saliendo a vender, puerta por puerta, puerta fría, barrio a barrio, encontrándose con tipos rugosos en camiseta interior que le confunden con un vendedor de biblías. Imbéciles. A él, a él que ha sido motor de economías, redactor de contratos para dinastías, censor de muertes, gestor laboral, amante, héroe y villano, él que ha sido todo en esta sociedad, que le confundan con un pobre vendedor de biblias soltero que vive, aún con cuarenta años, con su madre paralítica.
El diablo mira de reojo al borracho de Dios, que cree pesimista que le va mal.
El diablo se encoje de hombros y espera que su racha de buena suerte venga un día de estos inmersa en un par de cupones de los ciegos. A esos a los que él es adicto.

Monday, January 17, 2005

Una de bravas, cuando pueda

Dios es un tipo raro, que mece a sus subditos en su axila, no sé si peluda, con el afán con que una afrocubana sin papeles lo hace con el bebé extremadamente europeo hijo de los padres, licenciados ambos, que le pagan una nómina en negro todos los días. Dios nos quiere, dios nos ama, dios nos trata como un gran benefactor, como un padre grácil preocupado porque no nos caigamos, porque no comamos pastillas, porque los billetes de veinte euros sólo les utilicemos para pagar en cines nuestra entrada y la de nuestra pareja, porque vayamos por la acera al andar, porque no seamos fulleros y mentirosos, porque no jackeemos las cuentas de correo de los jefes de nuestras empresas, esas que nos ingresan todos los meses una nómina en blanco, no en negro.
Dios juega a los dados los viernes en el casino de Madrid. Y mira que se pilla unas melopeas de cuidado. Da pena verle trastabillándose, camino de la puerta, a la que le invitan educadamente a acercarse, pisándose esa especie de sotana blanca o chilaba que viste, con ribetes en dorado, bramando en arameo por su mala suerte.
Que mira que pongo yo en duda eso de que dios tenga mala suerte, eh.

O al menos la misma que tenemos el resto, claro.

Friday, January 14, 2005

No a todos nos mide lo mismo

Llega la tarde y me vienen enteras una tras otra todas las ganas de cogerte en brazos separarte el pelo acariciarte el lóbulo izquierdo de la oreja izquierda con los labios morderte el cuello coger tus manos con la suavidad con que lo hacen en los anuncios de champú de baño encogerme de hombros mientras te miro con ojos de cordero degollado.
Quiero escribirte correos electrónicos, mensajes cortos de móvil, postales, cartas, declaraciones de la renta, impresos 115, cartulinas, papeletas. Me vienen enteras las ganas de morderte las ganas, de beberme enteros tus sueños, de empaparme de tu carne, de tus huesos, de insuflarme con tu aire, de inspirar tu esencia, de follar joder practicar coger hacer el amor contigo una dos tres cuatro veces hasta sudar hasta jadear hasta no poder más y extasiados dejarnos caer en el colchón lascivo y voyeur.
Ni tú eres Alyssa Jones ni yo soy Holden McNeil. Ni Ana y Otto. Qué le vamos a hacer. Ni somos protagonistas de una novela de Carmen Posadas. Somos tú y yo. Puedo probar a poder probar, a ver qué pasa, qué sale, por dónde vamos, cerrando los ojos, cogiéndonos de la mano y saltando a lo Thelma y Louise. Sin la certeza de que el advenimiento de nuestra tercera república nos fuera sustancioso.

Los genios también tenemos derecho a ser unos soplapollas. Aunque sea momentáneamente.

Tuesday, January 11, 2005

El mondadientes de Kondratief

Conductor de trailers cargados de mercedes clk200 procedentes de la planta de Mercedes Benz en Munich. Transportista internacional de frutas. Frutero en el barrio de Malvarrosa, de esos que se levantan a las cuatro de la mañana para cargar la furgoneta, y se acuestan a las diez de la noche, con el tiempo entre las cuencas de los dientes. Camionero, responsable de materias contaminantes, de residuos tóxicos, de resinas, de plásticos altos en amianto, de líquidos inflamables, de vigas de ferralla, de containers, de material eléctrico, de pales de madera, de madera para palés, de fibra de vidrio, de cartón, de runa procedente de obras de construcción en la zona del Maresme, de Moratalaz, de Triana, de Dos Hermanas, del Gros. Teleoperador para empresas de telecomunicaciones, de embutidos, de servicios gerontológicos, de revistas de sociedad, de bancos y cajas de ahorro, auspiciadas por la CECA. Jefe de prensa. Administrativo comercial en una pequeña fábrica de chips para la plantilla de gps de los mercedes clk200, que un conductor experimentado lleva todos los martes a la planta que el gigante del motor alemán tiene en la ciudad de Munich. Gerente de supermercado, con la bata y el gorro, tal como manda el código del manipulador de alimentos. Enfermero. Puto.

Sería cualquier cosa que no tuviera que ver con comidas con proveedores o tarjetas de presentación.
Sería incluso tú.

Monday, January 03, 2005

No puedo perderme en la A-3

La belleza de lo ajeno se puede descubrir en esta carretera por dónde conduzco, con sus postes de la luz, sus señales desvencijadas, su polvo en el arcén, sus luminosos en la lejanía, en los pueblos que fueron estirpados del plan marshall de la autovía. La belleza de los ajeno, de este edificio de oficinas. A quién coños se le ocurriría venderme la moto de que ésta era una buena ciudad para vivir. Y una mierda, es mentira. Pasar tantas horas en el despacho enganchado al teléfono, negociando por correo electrónico, aguantando la comida con el director general, bostezando con sumo hastio frente al café de las seis de la tarde.
La belleza de lo ajeno. La hija del portero. Tú. A tí, que debería tumbarte más a menudo. Cerrar los ojos y brindarle el toro a sus majestades los reyes de Oriente. Va por ustedes, capote, montera, traje de faralaes, tabaco, oro, palmada, aplauso, sol de invierno de mentirijillas falso de cartón piedra. Tú porque sabes cómo encontrarme las vueltas, cómo esconderte entre los pliegues de mis sábanas, que no tienes miedo a atarte al cabecero, que la última vez que tuviste una relación tranquila fue en mayo del sesenta y ocho.
La belleza de lo ajeno en las ciudades de provincias, con barrios, con fruterías, con estancos y trenes que llegan cada hora con cinco minutos de retraso, con calles comerciales, con pequeños mapas y oficinas de turismo, sin paro, sin atascos, sin playa, sin otros idiomas ni idiosincrasias naturales y erre hache negativo, positivo, neutro como el peache.
La belleza de lo ajeno. Todo lo que no tengo.

Cualquier día me vuelvo a Albacete y le dan por culo a todo.

Saturday, January 01, 2005

True men don't like porno

Ramera. Porque andas y vienes y miras y sopesas y evalúas. Prostituta. Porque sabes de ésto y aquello y lo otro y lo de más allá mucho más de lo que el resto de los mortales podemos llegar a alcanzar con nuestros ojos tristes y nuestro discernimiento mundano. Mujer de alterne. Que bebes de vasos largos tubos de plástico copas de cristal con una aceituna o una guinda o tu manhattan o tu ronconcola o tu champán de supermercado. Meretriz. Que manejas y gobiernas la situación a ciencia cierta. Empleada de lupanal. Porque dejas que te manden que te impongan que te digan que te dobleguen asintiendo tú silenciosa con tu cabeza con tu cuello de cisne con tu larga melena rubia. Puta. Entregándote al mejor postor al que más ofrece al que más tiene. Mujer fácil. Que se te encuentra en todas las calles en todas las esquinas todos los portales todas las camas todas las habitaciones de hotel motel pensión albergue. Mujer alegre. Que ríes por no llorar. Calientapollas. Porque a cada uno das lo que vino pidiendo siguiendo tu anuncio siguiendo tu rastro oloroso como jazmin en los jardines como especias en el zoco en el mercado de tu carne de tus ingles de tus pezones difusos diluidos. Zorra. Porque aprendiste hace mucho tiempo todos los idiomas animales que no enseñaban en las escuela y ahora sabes maullar y ladrar y morder como un lobo entregado a la causa y al motivo de tus gemidos estertores previos al orgasmo. Golfa. Que golfeas. Barata. Que barateas la mercancía en la lonja sin pudor alguno sabiendo a ciencia cierta que el precio es indiferente cuando lo importante es el motivo. Meuca. En otros idiomas que no son ni el francés ni el polaco ni el inglés ni el griego ni el esperanto.

Tú, que esperas que llegue el hombre que no tenga que irse.
Tú.