Thursday, April 01, 2010

El último disco de La habitación roja

Busco en live maps, en páginas amarillas, en google, en ask, en todos los buscadores habidos y por haber rastro de tus ojos y rastro de tu mirada justo en el momento en que te tapaba con el edredón, y nada. Lo más que he llegado a localizar es un primer plano del portal; ahora me lo sé de memoria y podría dibujarlo en cualquier pared, pero sin convertirlo en puerta, como en los dibujos animados. Ahora apenas tengo un nebuloso recuerdo y los flashes se amontonan. Tú gimiendo. Yo gimiendo. Nosotros gimiendo. Primera persona del singular. Segunda persona del singular. Primera persona del plural. The naked economy. Te estoy idealizando elevándote a los altares. Perdiéndome el respeto y olvidándome de las formas. Pero en cambio me gusta imaginarme vagando mientras escucho a The frames o a Caetano Veloso o a la mismísima Ana Belén -jodámonos, no había otros-, y cómo llueve allá del cristal y cómo se hace de día y ambos seguimos despiertos, enredándonos. Me siento joven, adolescente, distinto, haciendo cosas por vez primera.

Portugal está a tomar por culo de lejos. Hago las mejores pancakes del mundo mundial. Y yo huyo. The drums silban y salgo a quemarte, a sudarte, a exorcizarme, pero no lo consigo.

Y me limito a inventarte.