A lo fácil

Eres simple.
Pero no más que yo.

Profesional

Tienes pinta de eser de esos tipos que se corren a los cinco minutos. No te lo tomes a mal, pero seguro que no me equivoco. Mírate, das el pego, tatuaje tribal en el brazo, camisa blanca desabrochada, pelo engominado, sonrisa profiden, mandíbula potente.
¿Vas al gimnasio? ¿Qué haces? ¿Full contact? Se nota. Seguro que te matas allí, hora tras hora, dale que te pego, frente al espejo, siendo observado por esas masas grasientas que al caer la tarde procurar procurarse un cuerpo como el tuyo, sin lograrlo -para más placer tuyo.
Y esa tía a la que te follas... Y ese coupe rojo, con llantas de aleación, altavoces, alerón y pegatinas en el cristal trasero. Topicazo.

¿Qué quieres que te diga? Sois la pareja perfecta, iguales el uno al otro, tío.
Me das una envidia que no veas.

Olvídate de quién soy

Hoy tengo ganas de follarte. Si, así de simple. Creo no es pecado, ni procaz, ni humillante. Quisiera llegarme hasta tu casa y sin decir nada, ni saludar, nada más tú abrirme la puerta, tumbarte en el sofá, al tiempo que apago con el mando a distancia la televisión, y besarte. Lamerte el cuello, cogerte de la cintura bien firme.
Notar tu piel electrizándose, y provocar escalofríos por tu espalda. Lograr que del placer tengas que cerrar los ojos.
Abstraerte.
Irte
Volver.
Abstraerte de nuevo.
Arañarme.
Morderme.
Que rítmicamente muevas las caderas. Y que te muerdas el labio inferior. Y que ronronees como un gato.

Hoy tengo ganas de follarte.
Y también de que tú me folles.