Saturday, April 15, 2006

Michael Douglas sabía lo que hacía

Tocarte el muslo izquierdo y que tú te muerdas el labio y avises de que no te vas a marchar del coche, y cambies de idea y digas que te vas, que si, que lo has pensado mejor, que te quedas con la ruperta, seguir tocándote el muslo izquierdo, y subir y mirarte a los ojos y esperar que seas tú quien dé el próximo paso apretar con los dedos tu carne como si estuviera manipulando masa con que los artesanos panaderos -since 1897- elaboran el rico pan y vuelvas a decir que te quedas que te quedas que te quedas coño que te quedas y tu labio y tus ojos y el freno de mano en medio de nosotros y mi pantalón y tu freno de mano el que utilizas para los casos de emergencia, casos excepcionales, estrambóticos, situaciones de riesgo como el que nos tiene a punto de caramelo, y frases del tipo me encanta morder, la verdad es que no va a enterarse nadie, ésto no va a salir de aquí certifican que finalmente, tras meses de negociaciones, de reuniones a horas intempestivas de las partes afectadas, de ruptura de las conversaciones, con plante de la patronal incluido, esta noche si.

Esta noche sí.

Saturday, April 08, 2006

Give me todo lo que tengas (con el debido respeto)

Tengo el corazón de empate. De cerveza de concierto, echada con prisas. Lleno de gases, a punto de vomitar. A las seis de la mañana, cuando vuelves a casa por las calles que te sabes de memoria y serías capaz de recorrer con los ojos cerrados, tarareas con arcadas en el paladar. Quisiera ser otro, probar el amor plastificado que cantan Sidonie, haber follado toda la noche, cambiar alcohol por condones, posturas, saliva ajena, y en cambio aquí me tienes, con una resaca de mil demonios. Y tu nombre en la garganta. Noctuno. Caña. Coño. Cigarro. Jarra. Barra. Faringitis. Mariposa. Altiva. Sabina. Zapato. Nota. Grito. Botellín. Quinto. Farola. Acera. Puente. Argentina. Boca. Cadena. Polvo. Servicio. Gas. Con todas y cada una de las palabras en las que como un fotograma perdido en una película muda, tú apareces, única y exclusivamente, por joder. Tú con una cereza -si, cereza- en la mano, tú aleteando en un cielo de nubes negras, tú sentada en el asiento del acompañante de un seat panda, tu apoyada en el marco de la puerta, esperando.

Vueltas. Y más vueltas.
Y en ese fotograma todos te hemos visto. Pero no sabríamos explicar qué.