Saturday, January 01, 2005

True men don't like porno

Ramera. Porque andas y vienes y miras y sopesas y evalúas. Prostituta. Porque sabes de ésto y aquello y lo otro y lo de más allá mucho más de lo que el resto de los mortales podemos llegar a alcanzar con nuestros ojos tristes y nuestro discernimiento mundano. Mujer de alterne. Que bebes de vasos largos tubos de plástico copas de cristal con una aceituna o una guinda o tu manhattan o tu ronconcola o tu champán de supermercado. Meretriz. Que manejas y gobiernas la situación a ciencia cierta. Empleada de lupanal. Porque dejas que te manden que te impongan que te digan que te dobleguen asintiendo tú silenciosa con tu cabeza con tu cuello de cisne con tu larga melena rubia. Puta. Entregándote al mejor postor al que más ofrece al que más tiene. Mujer fácil. Que se te encuentra en todas las calles en todas las esquinas todos los portales todas las camas todas las habitaciones de hotel motel pensión albergue. Mujer alegre. Que ríes por no llorar. Calientapollas. Porque a cada uno das lo que vino pidiendo siguiendo tu anuncio siguiendo tu rastro oloroso como jazmin en los jardines como especias en el zoco en el mercado de tu carne de tus ingles de tus pezones difusos diluidos. Zorra. Porque aprendiste hace mucho tiempo todos los idiomas animales que no enseñaban en las escuela y ahora sabes maullar y ladrar y morder como un lobo entregado a la causa y al motivo de tus gemidos estertores previos al orgasmo. Golfa. Que golfeas. Barata. Que barateas la mercancía en la lonja sin pudor alguno sabiendo a ciencia cierta que el precio es indiferente cuando lo importante es el motivo. Meuca. En otros idiomas que no son ni el francés ni el polaco ni el inglés ni el griego ni el esperanto.

Tú, que esperas que llegue el hombre que no tenga que irse.
Tú.