Tuesday, December 21, 2004

El novio de Kim Basinger la tiene pequeña

A la izquierda o a la derecha. Empezar a dudarlo seriamente sería una muestra de fallo en cadena, de defecto de serie. Si, porque después todo viene por la mera inercia del desastre, una casa que se cae, una ambulancia que tiene un accidente, un taxi que se salta un semáforo, un preservativo que se rompe.

No está mal creer en la teoría del caos. A nuestra manera, claro, la de andar por casa, con bata, rulos y zapatillas de felpa. Si, porque creer que batiendo las alas de una mariposa en Honolulu todas nuestras desgracias tienen razón, es un alivio que ni el mejor de los psicólogos podría proporcionarnos ni por todo el oro del mundo. La culpa no es mía, la culpa no es mía, la culpa no es mía. Y a partir de ahí, el que se quemaran las acelgas, que no salga la crema de espárragos o que cada vez que intentas follar conmigo me duela la cabeza, es algo que se sale de mis dominios y sobre lo que yo no tengo mando ninguno.

Ya lo siento, muñeca.