Wednesday, November 10, 2004

Inútil

No sé realmente si me importa que aquella noche, tras un juicio ridículo, me cortaran los dedos. Una vez que te acostumbras (es verdad que la primera semana de convivencia con mis muñones fue muy traumática), empiezas a comprobar que los dedos no son tan necesarios.
Descubres qué util son las pajitas para sorber la sopa, y qué divertido es hacer catapulta con los garbanzos intentando acertar dentro de la boca. Relaja, porque tardas mucho más en comer, haces mejores digestiones. Vives más.
He cambiado de ropa: fuera las camisas, fuera los pantalones. Los centinelas están preocupados porque haya empezado a usar chilaba. Pero que no se preocupen, no soy ningún terrorista.
Lo que más me jode es que ya no puedo disfrutar del vicio nocturno de hacerme pajas.