Tuesday, October 26, 2004

Nowhereland

En una esquina de la página, en un borde apenas visible. Como Wally, escondido entre tanta gente, sigiloso y furtivo.
Por la banda, en el camerino, a ciegas, a tientas. Al final de un pasillo. Entre bambalinas, por casualidad, por equívoco, a mala leche, con intención. En un cajón, en un armario, en la tercera balda de una estantería de la sección joven masculina de unos grandes almacenes.
En un tarro, en una vasija, en la sangre de un mordisco, asido a las alas de una mosca, volando de flor en flor, de estación en estación. Cosido al botón que arregló tu madre en tu vestido azul, para que puedas pasearme los domingos.
Ahí está nuestro amor.
Si le quieres, ve a buscarle.