Friday, October 08, 2004

La reina y yo

Él, con el pelo color albero, con sus gracias, sus sonrisas, sus reflexiones de pacotilla que tienen a mis compañeros de colegio encandilados, como bobos, payasines dispuestos a reírle las gracias, aunque no la tengan.
Ella, con la piel color azul oscuro, metálica, reflectante, quejándose constantemente de cómo de desgraciada es su vida sacada de las páginas centrales del especial de invierno de cosmopolitan. Y los demás, absortos, mirándola atusarse el pelo como una gata en celo, altiva y por encima del resto de los mortales.

Y yo escondido en mi rincón de príncipe destronado, sin ganas de decir esta boca es mía, la que antes besábais, la que antes mordíais; sin ganas de contar mis penas, de espetar mis frases, de pronunciar las sílabas que antes tanto os gustaban.

Ya sé lo que es ser el hermano mayor sin haber cumplido aún los diez. Menuda mierda.