Tiempo muerto
Señores. Señoras. Ni playas ni leches, ni bikinis ni cremas ni lametones de incierto placer.
Estoy espeso. Muy espeso.
Y eso no hay Rita que lo remedie. Ni la urgencia. Ni las prisas. Ni la presión mediática o iniciática, ni la aciática que sufre mi corazón latente. Ni los ripios ni las rimas fáciles ni los retrúecanos ágiles.
A ver dónde busco yo una solución a este embrollo.
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