Sunday, March 06, 2005

Asturias patria querida

El himen que se rompe, el vaso que se cae, que se rompe igualmente, los hielos por el suelo, el limón, el líquido transparente, el gemido, el cuello estirándose, mirando al techo repleto de luces que giran, izquierda, derecha, negro, amarillo, azul, verde, mezcla, la mano, la cintura presa en dedos firmes, la lengua, el sabor salobre, tanta noche, tanto alcohol, el reloj en vilo, la almohada, la puerta que se abre débil, la cerradura, la sábana arremolinada a los pies de la cama, la ventana entreabierta, la reja, el pueblo, las casas molineras, las manos nuevamente, la falda, el clip, la cremallera, las piernas pálidas atenuadas por las sombras, el pantalón, el botón, el silencio mordido, los labios rudos, la barba de cinco días, la frente abierta, el pelo ensortijado, la caja de preservativos buscados a tientas en la mesilla de noche, el despertador de letras rojas tintineantes, la falta de tacto, el exceso de lujuria, el corto espacio de tiempo que hay entre el cielo y la lluvia que cae, la gota que colma, el momento que cierra el negocio por falta de turistas.