Veintinueve de la segunda
No deberías plantearte si vas a seguir viva o muerta mucho tiempo, corazón. Late. Al fin y al cabo el día menos pensado pasarás al lado de una vieja y de un viejo y de una pareja de enamorados y de un kiosko y de un perro cagando al lado de una farola y de un guardia municipal poniendo una sanción administrativa a un seat cientoveintisiete y de una joven con tirabuzones rubios y collar de bolas de nacar con un delfín tatuado en el omóplato derecho e irás tan abstraída soñándote envuelta en el edredón con el olor del café llegando desde la cocina con él viniéndote por el pasillo hasta la cama vestido con tu albornoz mordiendo una tostada, que no te darás ni cuenta de haberte saltado el semáforo en rojo.
Zas.
Hostia.
Y la degeté ya te había avisado...
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